Muchos clientes, amigos e incluso familiares, tienen recurrente y lamentablemente, este conflicto en sus trabajo en relación de dependencia, aún en épocas de pandemia y home office.
El modelo de liderazgo del siglo pasado, sugería un estilo estático, mas bien vinculado a la idea la eficiencia y sutilmente acercado a la motivación. Eso era todo si se cumplía el objetivo, no importaban el clima de trabajo, el engagement, el empowerment y esos terminos “en inglés” que hoy están mas en boca de todos.
Si bien esas ideas quedaron atrás y gracias al tiempo entendimos que es importante adecuarnos a quien tenemos en frente, dejando de esperar que sea el otro que se adecue a nosotros, quedan muchos jefes que por acción u omisión no contribuyen al desarrollo del equipo como tal, ni de los procesos, del buen clima de trabajo ni tampoco del desarrollo personal o profesional. Son esos que te hacen querer cambiar de trabajo y muchas veces te sacan las ganas de querer laburar. Lamentablemente son solo jefes, porque alguien les dió el cargo pero de liderar, nada.
En la imagen que comparto hay algunas ideas, de las actitudes que pueden ayudarte a entender que es un mal líder, pero lo importante, de estas lineas es que si tu jefe es un mal líder, la responsabilidad de liderar, ahora es tuya. Vos vas a liderar la relación con tu jefe, al menos, para que no de haga mal y mejorar tu calidad de vida.