Esta semana se terminó la paz cambiaria y los dólares paralelos comenzaron a levantar vuelo. Tras tres meses y medio de aparente calma, el miércoles pasado el dólar blue registró su mayor nivel desde el 27 de julio pasado cuando cerró el día a $314, en un momento en el que el tipo de cambio está atrasado respecto a la inflación. ¿Qué se puede esperar para el próximo año?
Cabe recordar que con la salida de Martín Guzmán del Ministerio de Economía el dólar MEP trepó cerca de los $330. La llegada de Sergio Massa al Palacio de Hacienda lo llevó a la zona de $270-$280, pero realmente no hubo cambios de fondo, volviéndose una enorme oportunidad para quien deseaba dolarizarse.
Actualmente, la sequía que afecta el campo, que es de las más grandes de la historia y está generando menores cosechas (se está levantando 30% de lo esperado un año normal en trigo), va a generar menores exportaciones y en consecuencia, un menor ingreso de dólares al Banco Central.
Si tengo cien mil pesos ¿en qué los puedo invertir?
A pesar de todas las restricciones a las importaciones, los gastos por dólar turismo, los nuevos impuestos al consumo con tarjeta en el exterior, el aumento de la deuda total parece imparable. Deuda indexada, fija, Leliqs, deuda en dólares, nueva emisión y claro, va a terminar en nueva inflación, un coctel que hace que este dólar que todos miramos y que es un precio más de la economía haya quedado evidentemente atrasado solo por el paso del tiempo.
¿Cómo mirar hacia el futuro?
Consideremos una inflación del 7% al mes. Eso nos representa rápidamente más de 20% en un trimestre y con esto quiero decir que si consideramos un dólar de $280 en septiembre y sumamos 20% estamos hablando rápidamente de un tipo de cambio de $326, con lo cual este despertar que estamos viendo hoy no parece más que un acomodamiento de precios casi esperado, por quienes seguimos el mercado a diario.
Las variables a considerar y muy importantes en el transcurso del mes serán: el nivel de reservas del Banco Central, la cantidad de depósitos privados en dólares en los bancos y hay que estar atentos también a posibles cambios en materia de subsidios o ajustes del tipo de cambio oficial que de darse, podrían crear un mayor flujo exportador
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En línea con esto último, tenemos la novedad de la llegada el mercado del dólar soja versión 2.0, ya que quien exporto con ese tipo de cambio la primera vez, rápidamente se dio cuenta de que solo debía esperar para tener una segunda oportunidad.
Por estas cosas es que en la mayoría de las carteras tenemos prioridad de renta fija y obligaciones negociables en dólares, para quedar cubiertos de las variaciones del tipo de cambio, al igual que si tomamos posición por ejemplo en un CEDEAR.
Gastón Lentini