Hoy saltamos al gran debate de cuánto ahorrar vs. cuánto invertir. Aquí hay desde grandes desarrollos, hasta simples fórmulas, todo intentando definir qué parte de tu dinero mantener el banco y qué porción poner a trabajar para ti. Veamos una de mis favoritas.
Estimado lector,
La libertad financiera tiene algunos pilares fundamentales. Podemos mencionar, por ejemplo:
• Que nuestros gastos no superen nuestros ingresos
• Tener un presupuesto para controlar gastos
• Establecer objetivos, para que nuestros ahorros e inversiones tengan un rumbo bien definido
• Tomar decisiones financieras priorizando siempre nuestras metas
Por lo general, en todo este proceso hay dos variables macro que podemos ajustar: nuestro gasto y nuestro ingreso. Entre ambas, el gasto es la variable más fácil de cambiar, ya que el ingreso muchas veces lo define nuestro empleador y no tenemos posibilidades de cambiarlo con tanta facilidad.
Si nuestro objetivo es invertir, es esencial tener un superávit entre el dinero que ingresa y el que gastamos. Es decir, debemos tener ahorros.
Con éstos, podremos aumentar nuestro ingreso a través de las inversiones, lo que a su vez mejora nuestra capacidad de ahorro en una suerte de círculo virtuoso. O bien podemos bajar nuestros gastos para lograr el mismo objetivo, y así destinar parte de nuestro capital a las inversiones.
Si ya tienes ese primer paso listo, puede parecer cómodo ahorrar lo que sobra a fin de mes y dejar ese dinero en la cuenta. Pero la practica enseña que no es buen hábito.
En el largo plazo, este método lleva a ahorrar menos de lo esperado (o nada en absoluto) a partir de gastos, devaluación, crisis y una infinidad de factores. Mejor, entonces, dedicar una porción de tus ahorros a generar rentabilidad en los mercados, ¿no?
Es importante resaltar que debemos separar lo antes posible la porción de nuestros ingresos que destinaremos a gastos, y la porción que dedicaremos a la inversión y ahorro. Si somos personas en relación dependencia, esto debería hacerse desde el día uno que conocemos nuestro salario.
Tal vez la regla más famosa para hacer esto es la del “50/30/20”, en la que cada número indica qué parte del capital se usará en qué cosa. Veamos cómo funciona:
Esta regla sugiere primero destinar 50% de nuestros ingresos a los gastos básicos, como vivienda, salud, comida, seguros, etc. En esta categoría no incluimos salidas al teatro, compras de zapatos ni viajes a la costa. Hablamos de lo estrictamente esencial.
Luego, la regla nos habla de usar un 30% de nuestros ingresos en gastos no esenciales o suntuarios, como sí pueden ser una prenda de lujo o salidas a restaurantes. Regalos, viajes, conciertos, todo lo que genere disfrute y satisfacción entra en esta categoría. Y es que, a fin de cuentas, también para eso es el dinero.
Terminando con la fórmula tenemos el restante 20%. Ya cubiertos los gastos básicos y no esenciales, así que este es el porcentaje de dinero que podemos destinar a ahorros e inversión.
Los números exactos pueden cambiar, pues dependerán mayormente de los ingresos y estilo de vida de cada uno. En mi opinión, 10% debe ser lo mínimo que debemos aspirar a ahorrar o invertir, sin modificar nuestro gasto básico y reduciendo, si es necesario, parte del consumo suntuario. Si no estás ahorrando un 10% de tus ingresos, es importante que revises tus finanzas para mejorar esos valores.
Si quieres saber cómo te va a ti vs. el promedio, puedo decirte que de acuerdo a la última encuesta que realicé, donde participaron más de 800 personas interesadas mejorar su salud financiera, el 23% no llega a ahorrar 10% de su sueldo. Estas son las personas que deben trabajar con prioridad en las dos variables macro de tus finanzas: recortes de gastos o generación de nuevos ingresos.
El 46% de los participantes ahorran hasta el 25% de su sueldo. 23% de los encuestados ahorra hasta la mitad de su sueldo. Y el resto aseguró ahorrar más de la mitad de sus ingresos.
El dinero que ahorres puede gastarse en seis meses, un año o tal vez sea parte de tu retiro dentro de varios años. Esto deberás decidirlo en función de tus objetivos.
Tener claro el horizonte temporal de tus ahorros te permitirá tomar decisiones inteligentes con ellos. Por ejemplo, una excelente práctica financiera es dejar invertidos los ahorros a utilizar en el cortísimo plazo en fondos de inversión o bonos, que te permitan al menos cubrir la pérdida del poder de adquisitivo de tus ahorros a partir de la inflación.
Este hábito por sí solo no te hará rico, de la misma forma que una gota de agua no hace al mar. En su lugar, la gota aporta a un conjunto que ya existe y lo hace crecer. Vas a notar lo mismo con tus finanzas: a partir de las inversiones, podrás poner a trabajar sumas de dinero relativamente pequeñas en plazos cortos o largos, ganando dinero extra mes a mes y creando un patrimonio real.
En caso de que prefieras dejar tus ahorros en la cuenta, será tu banco quien se ocupará de generar ganancias con tu dinero. Por eso comparto con todos mis lectores este tipo de prácticas, que aplican tanto a personas con un pequeñísimo capital, como a individuos con millones de dólares disponibles.
Espero puedas poner en práctica todo lo que hablamos a partir del próximo mes.
Delimita bien tus gastos y asegúrate de poder ahorrar cuanto menos un 10% de tus ingresos. Este será el capital que financiará tus inversiones, así que dale la prioridad que merece.
Muchas veces nos hacemos la idea de que esto es algo muy trabajoso. Pero verás que, con los meses, se vuelve un ejercicio simple que terminará poniendo en orden tus finanzas.
Buenas inversiones y cuida tu dinero.
Gastón Lentini,
Para El Inversor Diario