Desde la Gran Depresión de 1929 se analizan datos de las 500 empresas más grandes de Estados Unidos para medir la probabilidad de que un inversor pierda dinero al invertir en el índice que las agrupa: el S&P 500.
El gráfico muestra cómo el riesgo disminuye a medida que aumenta el horizonte de inversión.
Si una persona compra hoy y vende mañana, la probabilidad de obtener un rendimiento negativo es del 46%.

En cambio, si el inversor está dispuesto a mantener su posición durante un año, las chances de pérdida bajan al 25%.
Al extender el plazo a 3 años, esa probabilidad cae al 16%; a 5 años, se reduce al 10%; y en un horizonte de 10 años, la probabilidad de pérdida se desploma al 6%.
Esto ocurre porque, a largo plazo, las acciones no representan precios que suben o bajan al azar, sino participaciones de negocios reales, que requieren tiempo para crecer, expandirse y madurar.
El mercado premia a quienes invierten con paciencia y visión de largo plazo.
En Doctor de tus Finanzas, analizamos tu necesidad, tu situación actual, tus objetivos y tu perfil de riesgo para ayudarte a elegir qué activos incluir en tu cartera.
Los ejemplos mencionados aquí corresponden a renta variable, uno de los segmentos más volátiles del mercado. Sin embargo, también existen alternativas de renta fija, como los bonos, que son considerablemente más conservadoras y permiten construir carteras equilibradas según el nivel de riesgo que cada inversor quiere asumir.






