Antes de que llegue el acuerdo de mayo, el gobierno argentino se enfrenta al segundo intento de aprobar la ley ómnibus. Dos escenarios posibles para nuestra economía se vislumbran en el horizonte, uno optimista y otro pesimista.
En el escenario optimista, un acuerdo con los gobernadores lleva a la reinstauración del impuesto a las ganancias, ahora coparticipable. Se considera la posibilidad de levantar el cepo cambiario, aprovechando una recesión persistente que genera excedentes energéticos y exportaciones, fortaleciendo las reservas del Banco Central. La liquidación de la cosecha por parte del sector agrícola, sumada a la mejora de los bonos soberanos y la disminución del riesgo país, permiten nuevamente el acceso al crédito internacional a tasas razonables. En este escenario, las empresas vuelven a invertir en Argentina, ya sean locales o nuevas, impulsando la economía real y la creación de empleo privado.
Por otro lado, el escenario pesimista plantea una falta de estabilidad cambiaria y un acuerdo incierto con los gobernadores, generando inestabilidad y presiones sobre el dólar. El Banco Central no logra acumular reservas, lo que impacta negativamente en bonos y acciones. Esta situación profundiza la recesión económica y el desempleo se convierte en un problema predominante.
Con estas dos posibles realidades en mente, es importante considerar estrategias de inversión conservadoras o más arriesgadas, según la percepción de cada individuo. No tengo una bola de cristal, pero mi objetivo es ofrecer orientación para proteger el capital de manera prudente y razonable en un contexto incierto.
Gastón Lentini