Esta semana con foco en los partidos, el dólar se mantuvo calmo,
el dato de inflación evitó titulares en rojo y el blue dejó de ser noticia,
por lo que propongo reflexionemos sobre lo que está pasando mientras festejamos.
El FMI es el prestamista de última instancia de los países. Para bien o para mal se creó en 1944 con la idea de ser un organismo de ayuda para los estados que financieramente no tenían a quien acudir.
Cuando un país tiene desequilibrios, como no tener dólares de reserva con los que comprar productos al mundo o pagar a sus acreedores, tiene una ultima oportunidad.
Pongámonos en esos zapatos
Si prestamos dinero a un vecino porque no puede pagar el colegio de sus hijos pero luego vemos que cena afuera a diario y tiene ropa nueva, posiblemente no estaremos conformes con su forma de administrarse y siendo acreedores tendríamos cierto derecho, a sugerirle que haga un uso racional del dinero, ya que terminará en la misma situación que antes y no podrá devolvernos el préstamo tampoco.
En el caso del FMI lo que ocurre posee la misma dinámica, pero los participantes son países.
Cada vez que el organismo presta dinero, le exige a cambio que siga ciertos criterios, para re-encausar sus finanzas ya que evidentemente aplicando su propia estrategia no tuvo buenos resultados y por eso recurrió por ayuda.
Los políticos en general huyen de sus pautas, porque deben dejar de gastar, de emitir, y promover el libre mercado, resultando en discursos menos amigables pero, ¿Acaso no tendríamos la misma actitud si le prestamos dinero a nuestro vecino?
El “pragmassimo” está logrando seguir estas indicaciones que no pudo seguir Guzman sin que las demás variables se desequilibren y midiendo el gasto real, podemos ver el primer hito: un gran ajuste.
Si bien el FMI marca muchas pautas a seguir, existen 3 metas importantísimas:
Una de ellas es lograr un déficit primario en 2022 de 2,5% del PBI. Esto significa que este año, “solo” podremos gastar 2,5% mas de lo que producimos y la buena noticia es que al cierre de octubre ese valor estaba en 1,5% dando aire al gobierno para gastar mas pesos en las navidades.
Otra es que el tesoro no se financie con el Banco Central y obtenga fondos del mercado. Es decir que a través de la tasa de interés el Estado debe lograr prestamos nuevos, evitando que el BCRA imprima billetes sin respaldo para financiar gasto público, situación que con tasas de mas de 115% se logró en la licitación del ultimo jueves.
La tercera es acumular reservas netas en el BCRA por 5800 Millones y esto es lo que dio lugar al plan soja 1 y 2, en un intento por lograr esa meta que considerando la posibilidad de pagar mas por la soja o restringir importaciones luce alcanzable.
De esta forma aparece una luz al final del túnel para cerrar el año, que puede darnos algo de optimismo, al menos por unos días si dejamos de pensar en que pasará luego con la deuda que acumulamos, las tasas que pagamos y los pesos que emitimos.
Gastón Lentini